Las complicaciones de una cefalea en el embarazo
Las complicaciones de una cefalea en el embarazo
El dolor de cabeza es un síntoma tan común fuera del embarazo como en el mismo. Durante el embarazo tienden a empeorar todos los síntomas neurológicos.
La cefalea en el embarazo es un síntoma tan común fuera del embarazo como en el mismo. Durante la gestación tienden a empeorar todos los síntomas neurológicos. Las causas no se conocen del todo bien, pero estarían vinculados a los cambios de la circulación sanguínea a nivel del organismo, junto con el cambio a nivel de todo el sistema nervioso y no solamente de la percepción del dolor.
Causas de la cefalea en el embarazo
El dolor de cabeza en el embarazo es posible que obedezca a los cambios de niveles hormonales y al aumento del volumen y circulación de sangre. También están relacionados con la postura y la tensión de cargar
el peso extra.
Dentro de las agregadas tenemos las infecciones de faringe, oídos y las sinusitis, la fiebre, la tensión psíquica y las enfermedades graves del sistema nervioso como son las meningitis, los tumores, las hemorragias, etc.
Si ya sufriste en forma regular de cefaleas simples o de migrañas es conveniente que consultes con tu ginecólogo acerca de cuál es la medicación correcta a tomar una vez embarazada para evitar el riesgo de malformaciones fetales y de complicaciones del embarazo.
Para el tratamiento de la cefalea simple en general es suficiente con un masaje o ducha dejando caer agua caliente sobre cuello y hombros (ya que en general hay algo de contractura al menos en forma secundaria a la cefalea) o incluso con bolsa de agua caliente en el cuello cuando la contractura o el dolor en el mismo son importantes.
Para aliviar el dolor también puedes recibir analgésicos como el paracetamol, pero siempre es mejor que consultes a tu médico antes de tomar ningún medicamento.
Que la cefalea inicie bruscamente y sea intensa, que te despierte en la noche, que se acompañe de fotofobia (intolerancia a la luz), rigidez de nuca, fiebre o de otras manifestaciones sobre la marcha o la sensibilidad en el cuerpo debe llevarte a consultar de inmediato a tu médico porque se puede tratar de algún evento de gravedad mayor a un simple dolor de cabeza.
¿Por qué se presenta la infección vaginal en el embarazo?
Durante los meses de gestación, se producen cambios en el pH vaginal. Por esta razón, los especialistas consideran que es la etapa más vulnerable para la proliferación de bacterias.
Durante los meses de gestación, se producen cambios en el pH de la mujer, por esta razón, los especialistas consideran que es la etapa más vulnerable para la proliferación de bacterias, es decir, de una infección vaginal en el embarazo.
El embarazo representa un período de cambios para toda mujer. Es una etapa en la que todo se modifica. Desde las variaciones más perceptibles como la ansiedad y el aumento de peso hasta alteraciones del organismo poco conocidas, como las infecciones vaginales.
El papel de las hormonas y la infección vaginal en el embarazo
Durante los 9 meses de gestación, el nivel de hormonas femeninas cambia y afecta directamente al pH del área genital. En lo cotidiano, el pH de la zona vulvar es ácido e inferior al de otras partes del cuerpo, y se sitúa en un rango de 3.8 a 4.2, con la finalidad de impedir el crecimiento de bacterias.
Durante el embarazo la futura mamá protagoniza diversos cambios hormonales que comprometen directamente la capa protectora ácida. De esta manera, la variación a un pH mayor a 4.2 puede alterar el equilibrio en detrimento de la flora habitual, lo que deja espacio a la proliferación de gérmenes patógenos. Por esta razón, los 9 meses de gestación representan una de las etapas más vulnerables de la mujer para adquirir infecciones del tracto ginecológico.
Cómo protegerse de una infección vaginal en el embarazo
Es necesario que toda mamá tome cuidados especiales para mantener su zona íntima limpia y protegida durante esta importante etapa de la vida.
Entre las principales recomendaciones se encuentran:
- Usar ropa interior de algodón.
- No utilizar ropa muy ajustada o de materiales sintéticos.
- Lavar la ropa interior con jabón de barra y enjuague, sin dejar residuos.
- Lavar la zona íntima con un jabón especial con pH ácido que limpie, hidrate y ayude a prevenir infecciones del área vulvoperineal.
- No se recomienda utilizar desodorantes íntimos, talcos, aromatizantes ni sales de baño o burbujas.
- Evitar traumatismos de la región genital como el rasurado, la depilación o fricción.
- Si se observan cambios en el flujo vaginal, prurito, ardor o mal olor, no automedicarse y consultar al ginecólogo u obstetra.